jueves, 14 de marzo de 2013

PAUTAS PARA BUSCAR LA UNIDAD


MILLONES UNIDOS

Quisiera expresar muchas cosas de las que mi corazón de venezolano siente en este momento. Pero son tantos los sentimientos encontrados que al igual que muchos venezolanos tenemos en este momento no es fácil expresarse con imparcialidad ante lo que hoy ven los ojos de Venezuela y del mundo.

Más de 16 países hasta este momento han decretado duelo nacional y otras tantas muestras internacionales por solidarizarse con nuestro país ante el triste hecho de la partida física del Presidente Chávez. Pero lo que más me admira es ver los millones de personas que en estos momentos han estado acompañando los restos mortales del presidente velado en capilla Ardiente en la academia Militar. Hablo de millones de personas. No de decenas ni de centenares, millones de personas inundan las calles de Caracas y de muchas ciudades de toda Venezuela. Esto es increíble pero cierto. Esto está sucediendo en el País.

Yo me pregunto ¿A qué se debe que una persona reúna tanta gente? ¿Reunir millones de personas en un sitio no es tan fácil? ¿Qué comportamiento social habrá motivado dicha movilización humana y solidaria? Yo soy sacerdote católico y orgullosamente me siento servidor de Dios y de mi comunidad. Muchas veces he logrado reunir muchas gente en mi iglesia y en momentos especiales he llegado a unas 900 personas. Pero he escuchado hablar del padre Chulalo que ha reunido más de 1500 personas en sus misas y yo he visto la cantidad de personas que lo siguen por twitter y face. También he visto como el padre Linero ha reunido a más de 6 mil personas en un estadio. También he leído noticias de artista que han reunido a más de 200 mil personas. Pero me sigue cuestionando que millones de personas que se sienten identificadas con el Presidente Chávez se allá reunido en Caracas para llorarlo y despedirlo físicamente. Al igual que en otra ciudades del país. Quiero decir, que admiro a las personas que son capaces de movilizar a millones de personas sin obligarlos a que lo sigan y sin preventas. Admiro lo que estoy viendo en estos días por la televisión nacional de millones de personas que despiden al presiente. Admiro al líder que ha sido capaz de mover tal cantidad de gente. Y al que sea capaz de lograr esto también será admirado por mí. Pero a los que, tal vez, por la envidia y por cerrazón del resentimiento, no son capaces de ver lo positivo, lo bueno y lo humano del presidente Chávez le invito a que se pregunte cómo es posible que mueva tanta gente. Yo creo que por algo es. ¿Será que si tiene algo de bueno o positivo este hombre venezolano y líder patriota? ¿Quiénes son los que no quieren ver? A las pruebas de esta millonaria muchedumbre me remito.

Tengo que confesar que soy un ignorante en casi todas las áreas del saber. No soy perito ni en sociología, ni en matemática, ni en estadística, ni en economía ni en política ni historia y a duras penas creo saber algo de teología y me esfuerzo cada día por vivir la espiritualidad de Cristo y su evangelio aunque no soy muy pietista ni fanático religioso, aunque creo en Cristo y en Dios con todo mi corazón. Pero me gustaría tener una repuesta que traspase las argumentaciones de las distintas ciencias e incluso de la filosofía y que me explicaran ¿qué está pasando en Caracas y en Venezuela con todos esos millones de personas que lloran a Chávez sin falsedad ni hipocresía sino con el corazón roto?

 

Quiero con esta líneas escritas de este papel virtual, solidarizarme con los que están triste y con los que se identifican de una u otra forma con los planteamientos humanizantes y sociales del presidente Chávez. Yo no soy político, y los que me conocen, lo pueden certificar. Ni soy militante de ningún partido político. Solo soy un seguidor de Cristo que admira a todas aquellas personas que son capaces de aportar un granito de arena para que este mundo pueda ser mejor con tus compromisos y participaciones concretas en la ayuda a las personas necesitadas y excluidas por los proyectos del progreso y del éxito social.

Me permito con este papel virtual expresar mis sentimientos en este momento y contribuir a la reflexión con estos breves puntos. Creo firmemente que lo que le movió al Presidente Chávez hacer una revolución o un cambio en el mundo, con aciertos y desacierto, fue el amor por el ser humano y por todos aquellos que en un mundo conducido por los intereses materiales y económicos son excluidos, marginados y rechazados, puesto que no son útiles a los intereses mundiales de la economía. En fin, creo que el amor es lo que debe mover las transformaciones sociales del mundo y en especial de Venezuela. No podemos perder de vista este planteamiento. Que todo lo hagamos por amor y con pasión a favor del prójimo y de mis hermanos más necesitados. El amor es el único capaz hoy de reconstruir las diferencias que existen entre nosotros. El amor es el que nos puede ayudar a cambiar esta sociedad con tantas carencias espirituales, humanas y materiales. El amor lo puede todo. Considero que no es el momento para caminar en derrotismo o resentimientos sino más bien que es el tiempo ideal para construir un país de hermanos que vivimos en el amor y en la aceptación de nuestras individualidades y diferencias. Es el momento para vivir la unidad como fruto del amor. Es el momento para lleva a feliz término todos los proyectos sociales y humanizantes propuestos por el presidente Chávez. Muchos de ellos, iniciaron con fuerza y buen ánimo, pero necesitan hoy ser consolidados y fortalecidos por las mismas comunidades. Venezuela tiene un buen legado social y económico. Aunque creo que aún se está gestando. Necesitamos que todos juntos luchemos para que ese legado rico que nos ha regalado Dios lo hagamos crecer y desarrollar. Un país no lo construye una sola persona. Un país lo construimos todos juntos. Todos podemos aportar algo que realmente sirva para crecer y desarrollarnos no para vencernos por el pesimismo y el “culpismo” (la culpa es de otro no mía).

Hoy es el momento para sentirnos más venezolanos que nunca  para creer que desde la unidad podemos lograr muchas cosas buenas para el país y para las personas que habitamos este hermoso país.

Los que creemos en Cristo es el momento de que cada uno seamos otro Cristo y hagamos lo que Cristo hizo en su tiempo. Una transformación radial de su tiempo y de su sociedad a través del amor a Dios y la misericordia que se manifestada en un compromiso personal por la mejora social de la vida de muchas personas que sufrían la enfermedad o el rechazo social. Hoy más que nunca sigue vigente el mensaje de Cristo y El sigue esperando por ti y por mí para que desde nuestro compromiso seamos constructores de un mundo mejor, más solidario y humano. Hoy todos estamos llamados a ser Cristos vivientes en los distintos ambientes que nos toca vivir día a día en las calles y en los hogares venezolanos. Dejemos de criticar, de hablar, de opinar y de “bla” “bla” y vamos todos unidos como buenos hermanos venezolanos a aportar juntos algo que construya país y no que nos divida. Dejemos nuestros intereses personales y aportemos a los intereses del bien común. Necesitamos creer en el amor, en la unidad y en el compromiso concreto de cada persona en este hermoso país. Y termino con esta breve oración del padre Linero: “Que nada me distraiga de mis metas. Que nada me aleje de tu amor. Que nada me lleve lejos de tu Casa. Que no haya enemigo que me convierta a su lógica. Que no llene mi corazón de odio, que no me contamine de envidia, que no me atragante de soberbia, que no me erija en juez de otros, que no discrimine, ni culpe, ni hiera. Que sea mi corazón una morada para tu amor, Señor, que mi vida entera te pertenezca y que desde allí hagas tu obra de salvación, obra maravillosa de amor en la que muestras que quieres que todos los hombres habitemos contigo en tu enorme morada en la que somos bienvenidos. has sembrado en mí tu amor, Señor, y qué esperas cosechar algún día; sé qué esperas que me convierta en multiplicador de tus bendiciones, sé que has puesto tu confianza en mí y por eso sigues llamándome a tu servicio a pesar de las múltiples fallas que he tenido. Yo quiero hoy descansar en tus promesas, hacer mía tu voluntad, entregarme total y plenamente a Ti, para que hagas conmigo lo que sea correcto. Sostenme, guíame, llévame de tu mano y conviérteme en un apóstol según tu corazón. Yo quiero consagrar mi vida a Ti, que Tú seas mi Dios, y yo, tu pertenencia; mi casa, tu morada; mis palabras, multiplicadoras de tu mensaje para todos. Te mereces todo, lo mejor de mi adoración, mi sentido de amor, mi sincera devoción, te mereces mucho más de lo que yo puedo entregarte. Amén.” (Julio2012).

Para terminar, no quise, con estas líneas ofender o herir a nadie. Solo quiero creer en el amor, en la unidad y en el buen corazón que tenemos todos los venezolanos. Disculpen sino logro este objetivo en algunos corazones y que Dios me los bendiga a todos, sin ninguna exclusión de nadie. Dios te ama y hace salir el sol para todos. Gracias por leer estas líneas. Un abrazo y gran aprecio. Recuerda que la vida es para vivirla amando y amamos cuando vivimos al máximo. Multiplica las bendiciones que tu recibes todos los días, la bendiciones que tiene Venezuela y tenemos todos los venezolanos y no fomentes lo que nos divide y nos destruye sutilmente. Vive, vive y no dejes de vivir amando y sembrando amor.
 
Saludos. Padre José Pastor.

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