martes, 25 de junio de 2013

LA LIBERTAD DE LOS HIJOS

        Pablo nos ofrece dos ideas magníficas. En primer lugar, la función de La Ley, la ley de Moisés, como un "pedagogo", un tutor necesario mientras el niño es niño y no puede usar bien su libertad.

 

Hay un párrafo precioso en el capítulo cuarto: Gal.4,1-7

"Mientras el heredero es menor de edad, aunque sea dueño de todo, no se distingue del esclavo, sino que está sometido a tutores y administradores hasta la fecha fijada por su padre. Lo mismo nosotros, mientras éramos menores de edad, éramos esclavos. Pero cuando se cumplió el plazo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que rescatase a los súbditos de la ley, y nosotros recibiéramos la condición de Hijos. Y, como sois Hijos, Dios infundió en vuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: "Abbá, Padre". De modo que no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres heredero por disposición de Dios". -  (Un paralelo brillante en Romanos 8,15)

       

        Es una magnífica exposición, en su tiempo y ahora. En su tiempo, para mostrar que La Ley, todo lo prescrito en el Antiguo Testamento, es provisional; necesario en su momento, pero dirigido a una cumbre, Jesús, que llevará a su plenitud todo lo que allí era sólo proyecto. Y ahora, para nosotros, mostrando lo más íntimo de la revelación de Jesús: si Dios es Padre, yo soy hijo. De aquí nace toda la confianza y toda la exigencia que caracterizan a la condición cristiana. Pero esto es la cumbre, la Palabra plena, hacia la cual se arrastra el Antiguo Testamento, con aciertos y errores, que valoramos con claridad desde Jesús.

        Esto nos lleva a entender por qué son "Palabra de Dios" expresiones tan discordantes como, por ejemplo, la ley del Talión (ojo por ojo y diente por diente) y la ley del amor tan explícita en todo el evangelio; o expresiones como "exterminarás a tus enemigos", constante y típica en los primeros libros históricos (sobre todo en Los Números y Josué) y "amarás a tus enemigos", expresa en Jesús. Debemos aprender a leer correctamente el Antiguo Testamento. Y lo leeremos bien desde Jesús.

En el Antiguo Testamento está la historia de la fe de Israel, que es la prehistoria de nuestra fe. Están todos sus aciertos y sus errores, sus provisionalidades, sus pecados. Mirándolo desde Jesús vemos qué es acierto, qué es error, qué es provisional... Por esta razón es tan ingenuo lo que hacen algunos predicadores superficiales hoy día, imponiendo mandamientos porque están en la Biblia. (Un caso típico es el de los testigos de Jehová con el mandamiento de la abstenerse de sangre). Lo que en un momento pudo ser conveniente no tiene por qué ser definitivo. Lo definitivo lo vemos en Jesús. Pablo proclama por tanto la libertad ante la Antigua Ley, ante la llegada de la Nueva Ley, de Jesús. Pero esto no es todo. La Ley de Jesús es: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y todas tus fuerzas: y al prójimo como a ti mismo"

        Por tanto, no se trata de cumplir preceptos, sea cual sea nuestra situación interior; se trata de convertirnos al amor de Dios, descubrir el amor de Dios y responder con el mismo amor, que abarca al Padre y a los hijos. Esto significa que hacemos mucho más de lo obligado, que vamos mucho más allá de los preceptos. Pensamos, una vez más, en dos personas enamoradas, o en una familia en la que funciona un amor verdadero: los preceptos están de sobra. Si todo el mundo piensa más en los otros que en sí mismo, la ley se queda siempre muy corta.

 

        Esta Libertad de los hijos de Dios es el centro de toda espiritualidad cristiana. En una comunidad siempre hacen falta leyes, pero el Espíritu de Jesús va mucho más adelante que las leyes, se le queda pequeño lo mandado.

Así, Jesús es el Salvador, el que salva de los pecados, el Libertador. En dos aspectos: en que ya no servimos al pecado, aunque nos siga atrayendo, aunque algunas veces resbalemos; vivimos para las cosas del Padre, hemos descubierto el Tesoro y hemos vendido las baratijas que antes nos atraían tanto. Y, además, nos sentimos libres del temor: ya no nos da miedo Dios ni nuestros pecados, porque Jesús nos ha mostrado bien que Dios es precisamente el que trabaja para liberarnos.

        No deja de ser preocupante que el "re-descubrimiento" de Abbá, que tanto ha hecho cambiar la espiritualidad cristiana, haya sido también para algunas personas un tranquilizador de su mediocridad. La bondad de Dios, el que siempre perdona, se convierte en el mejor pretexto para excusarles de todo seguimiento de Jesús. Es importante comprobar cómo, en este proceso, la bondad de Dios es un mensaje, no una vivencia: ha sido una información, no algo profundamente sentido. Y esto revela uno de los aspectos más preocupantes de algunas religiosidades: mucho conocimiento y escaso o nulo sentimiento. Pero seguir a Jesús, convertirse, "apuntarse al reino" es algo vital, emocional. - No se trata de conocimientos sino de convicciones, no se trata de aceptar dogmas sino de sentirse querido.

José Enrique Ruiz de Galarreta

SIN INSTALARSE
NI MIRAR ATRAS
        Seguir a Jesús es el corazón de la vida cristiana. Lo esencial. Nada hay más importante o decisivo. Precisamente por eso, Lucas describe tres pequeñas escenas para que las comunidades que lean su evangelio, tomen conciencia de que, a los ojos de Jesús, nada puede haber más urgente e inaplazable.
 
        Jesús emplea imágenes duras y escandalosas. Se ve que quiere sacudir las conciencias. No busca más seguidores, sino seguidores más comprometidos, que le sigan sin reservas, renunciando a falsas seguridades y asumiendo las rupturas necesarias. Sus palabras plantean en el fondo una sola cuestión: ¿qué relación queremos establecer con él quienes nos decimos seguidores suyos?
 
        Primera escena. Uno de los que le acompañan se siente tan atraído por Jesús que, antes de que lo llame, él mismo toma la iniciativa: «Te seguiré adonde vayas». Jesús le hace tomar conciencia de lo que está diciendo: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros nido», pero él «no tiene dónde reclinar su cabeza».
 
        Seguir a Jesús es toda una aventura. Él no ofrece a los suyos seguridad o bienestar. No ayuda a ganar dinero o adquirir poder. Seguir a Jesús es "vivir de camino", sin instalarnos en el bienestar y sin buscar un falso refugio en la religión. Una Iglesia menos poderosa y más vulnerable no es una desgracia. Es lo mejor que nos puede suceder para purificar nuestra fe y confiar más en Jesús.
        Segunda escena. Otro está dispuesto a seguirle, pero le pide cumplir primero con la obligación sagrada de «enterrar a su padre». A ningún judío puede extrañar, pues se trata de una de las obligaciones religiosas más importantes. La respuesta de Jesús es desconcertante: «Deja que los muertos entierren a sus muertos: tú vete a anunciar el reino de Dios».
        Abrir caminos al reino de Dios trabajando por una vida más humana es siempre la tarea más urgente. Nada ha de retrasar nuestra decisión. Nadie nos ha de retener o frenar. Los "muertos", que no viven al servicio del reino de la vida, ya se dedicarán a otras obligaciones religiosas menos apremiantes que el reino de Dios y su justicia.
 
        Tercera escena. A un tercero que quiere despedir a su familia antes de seguirlo, Jesús le dice: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios». No es posible seguir a Jesús mirando hacia atrás. No es posible abrir caminos al reino de Dios quedándonos en el pasado. Trabajar en el proyecto del Padre pide dedicación total, confianza en el futuro de Dios y audacia para caminar tras los pasos de Jesús.
Padre José Antonio Pagola.

sábado, 16 de marzo de 2013

PAPA FRANCISCO Y LOS PERIODISTAS




VATICANO, 16 Mar. 13 / 10:41 am (ACI/EWTN Noticias).- Queridos amigos

Al comienzo de mi ministerio en la Sede de Pedro, me alegra encontrarme con vosotros, que habéis trabajado aquí en Roma en este momento tan intenso, que comenzó con el anuncio sorprendente de mi venerado predecesor, Benedicto XVI, el pasado 11 de febrero. Os saludo cordialmente a todos vosotros.

El papel de los medios de comunicación ha ido creciendo cada vez más en los últimos tiempos, hasta el punto de que se hecho imprescindible para relatar al mundo los acontecimientos de la historia contemporánea.

Expreso, pues, un agradecimiento especial a vosotros por vuestro competente servicio durante los días pasados – habéis trabajado ¡eh!, habéis trabajado – en los que el mundo católico, y no sólo el católico, ha puesto sus ojos en la Ciudad Eterna, y particularmente en este territorio cuyo «centro de gravedad» es la tumba de San Pedro.

En estas semanas, habéis tenido ocasión de hablar de la Santa Sede, de la Iglesia, de sus ritos y tradiciones, de su fe y, sobre todo, del papel del Papa y de su ministerio.

Doy gracias de corazón especialmente a quienes han sabido observar y presentar estos acontecimientos de la historia de la Iglesia, teniendo en cuenta la justa perspectiva desde la que han de ser leídos, la de la fe. Los acontecimientos de la historia requieren casi siempre una lectura compleja, que a veces puede incluir también la dimensión de la fe.

Los acontecimientos eclesiales no son ciertamente más complejos de los políticos o económicos. Pero tienen una característica de fondo peculiar: responden a una lógica que no es principalmente la de las categorías, por así decirlo, mundanas; y precisamente por eso, no son fáciles de interpretar y comunicar a un público amplio y diversificado.

En efecto, aunque es ciertamente una institución también humana, histórica, con todo lo que ello comporta, la Iglesia no es de naturaleza política, sino esencialmente espiritual: es el Pueblo de Dios. El santo Pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con Jesucristo. Únicamente desde esta perspectiva se puede dar plenamente razón de lo que hace la Iglesia Católica.

Cristo es el Pastor de la Iglesia, pero su presencia en la historia pasa a través de la libertad de los hombres: uno de ellos es elegido para servir como su Vicario, Sucesor del apóstol Pedro; pero Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro: Cristo. Cristo es el centro.

Cristo es la referencia fundamental, el corazón de la Iglesia. Sin él, ni Pedro ni la Iglesia existirían ni tendrían razón de ser. Como ha repetido tantas veces Benedicto XVI, Cristo está presente y guía a su Iglesia.

En todo lo acaecido, el protagonista, en última instancia, es el Espíritu Santo. Él ha inspirado la decisión de Benedicto XVI por el bien de la Iglesia. Él ha orientado en la oración y la elección a los cardenales.

Es importante, queridos amigos, tener debidamente en cuenta este horizonte interpretativo, esta hermenéutica, para enfocar el corazón de los acontecimientos de estos días.

De aquí nace ante todo un renovado y sincero agradecimiento por los esfuerzos de estos días especialmente fatigosos, pero también una invitación a tratar de conocer cada vez mejor la verdadera naturaleza de la Iglesia, y también su caminar por el mundo, con sus virtudes y sus pecados, y conocer las motivaciones espirituales que la guían, y que son las más auténticas para comprenderla.

Tened la seguridad de que la Iglesia, por su parte, dedica una gran atención a vuestro precioso cometido; tenéis la capacidad de recoger y expresar las expectativas y exigencias de nuestro tiempo, de ofrecer los elementos para una lectura de la realidad.

Vuestro trabajo requiere estudio, sensibilidad y experiencia, como en tantas otras profesiones, pero implica una atención especial respecto a la verdad, la bondad y la belleza; y esto nos hace particularmente cercanos, porque la Iglesia existe precisamente para comunicar esto: la Verdad, la Bondad y la Belleza «en persona».

Debería quedar muy claro que todos estamos llamados, no a mostrarnos a nosotros mismos, sino a comunicar esta tríada existencial que conforman la verdad, la bondad y la belleza.

Algunos no sabían por qué el Obispo de Roma ha querido llamarse Francisco. Algunos pensaban en Francisco Javier, en Francisco de Sales, también en Francisco de Asís.

Les contaré la historia. Durante las elecciones, tenía al lado al arzobispo emérito de San Pablo, y también prefecto emérito de la Congregación para el clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo, un gran amigo. Cuando la cosa se ponía un poco peligrosa, él me confortaba.

Y cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: «No te olvides de los pobres». Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís.

Después he pensado en las guerras, mientras proseguía el escrutinio hasta terminar todos los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así, el nombre ha entrado en mi corazón: Francisco de Asís.

Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no? Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre... ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!

Después, algunos hicieron diversos chistes: «Pero tú deberías llamarte Adriano, porque Adriano VI fue el reformador, y hace falta reformar...». Y otro me decía: «No, no, tu nombre debería ser Clemente». «Y ¿por qué?». «Clemente XV: así te vengas de Clemente XIV, que suprimió la Compañía de Jesús». Son bromas.

Os quiero mucho. Os doy las gracias por todo lo que habéis hecho. Y pienso en vuestro trabajo: os deseo que trabajéis con serenidad y con fruto, y que conozcáis cada vez mejor el Evangelio de Jesucristo y la realidad de la Iglesia.

Os encomiendo a la intercesión de la Santísima Virgen María, Estrella de la Evangelización, a la vez que os expreso los mejores deseos para vosotros y vuestras familias, a cada una de vuestras familias, e imparto de corazón a todos mi Bendición.

(Palabras en español)

Les dije que les daba de corazón la bendición. Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica, otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición en silencio a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. Que Dios los bendiga.

jueves, 14 de marzo de 2013

CUANDO EL CARNAVAL ES LA VIDA
Es Sábado de Carnaval. Nuestra ciudad se convulsiona al ritmo de las caderas de las danzantes y de los hombros masculinos, que se mueven simulando unas maracas.

Es día de alegría. Todos ‘tienen’ que estar alegres. Algunos lo están porque viven el resto del año esperando este día para decorarlo frenéticamente mientras bailan, desfilan, beben y se dejan mecer por las fuerzas del placer. Otros simulan estar alegres —en Carnaval se vale disfrazarse— y, con caretas en sus rostros, buscan satisfacer las necesidades que los puyan interiormente.

No falta quienes huyen a esta metáfora cultural, de lo que somos, y tratan de esconderse de tanto ruido, bulla, placer y alegría. Es Carnaval y esa es una de las realidades que definen al barranquillero, y a los que, de tanto comer butifarra y arroz de lisa, nos sentimos de aquí.

No creo que a esta fiesta se le deba hacer ninguna lectura religiosa. Creo que su sentido hoy está por otra parte. No creo que se obra del mal y que tengamos que cuidarnos de él, ni creo que tengamos que ‘retirarnos’ estos días para no ser alcanzados por el mal.

Creo que es un hecho cultural. Una realidad en la que se entremezclan todas esas culturas, razas y condiciones que nos constituyen en nuestro mestizaje. Me gusta ver esta fiesta, que es expresión de creatividad, de máxima alegría y de una crítica mordaz que permite burlarse de esa realidad pesada que, a veces, nos encorva.

¿Qué debe hacer un creyente en Carnaval? Seguro no puedo responder esta pregunta queriendo dictar órdenes a los que me leen. Solo comparto los valores que yo, un enamorado de Jesucristo, uno que quiere que El Padre Dios lo sature con su presencia, uno que quiere servir a los hermanos, cree que debemos tener presente.

Ser alegre. Es día para reír. No siempre debemos tener la cara tensa y pensar que eso nos define como maduros y serios. He conocido gente bien madura y seria, que ríe casi siempre.

Es tiempo de expresar esa alegría. Si lo sabes hacer, aprovecha este tiempo para bailar, estoy seguro de que una de las preguntas que se nos harán en las puertas del cielo es si somos capaces de bailar alguna bella melodía. Una alegría que no sea falsa, que no sea un embuste, sino que nazca de que te amas, valoras, aceptas y crees que puedes ser feliz. Una alegría consecuencia de la seguridad de que eres Hijo de Dios y puedes salir adelante en todas las situaciones que vives.

Ser responsable. Siempre damos cuenta de lo que hacemos. La vida no se queda en el momento placentero que vivimos, sino que con su inexorable devenir nos lleva al siguiente momento en el que vivimos las consecuencias de lo que hicimos. Es oportuno disfrutar, pero ser dueño de las emociones, de los deseos y saber claramente qué se hace. Beber hasta perder el control nunca es aconsejable. Hacer ‘el sexo’ —decir “el amor”, es una falta de respecto a este sentimiento— con cualquiera, nunca trae nada bueno después del ratico placentero. No dejes que la locura de algunos se vuelva la tuya.
Ser solidarios. Si nos gusta mucho compartir la alegría, entonces piensa en el otro, y no te aísles en una posición egoísta de los demás. Que no haya violencia, ni agresión a nadie. Que sepamos divertirnos y tratar de gozar pacíficamente todo. Seguro encontraremos a más de un extranjero, o de otra región, al que podamos servir o tratar bien.

Se familiar. Para mí, la mayor bendición que Dios nos ha dado es la familia, y todo momento que podamos gozarla compartiendo con todos será productivo. Que haya espacio para escucharlos, hablarles y saberlos presente en nuestras vidas.

Lamentaré no estar viendo la Batalla de Flores o viendo los disfraces callejeros —que cada vez son menos—, porque a esa hora ya estaré en Asunción predicando la buena noticia de Jesucristo. Eso sí… alcanzo a asistir al sepelio de Joselito. 

Por Padre Alberto Linero
 

BIOGRAFIA DEL PAPA FRANCISCO

Jorge Mario Bergoglio S. J. (Buenos Aires, 17 de diciembre de 1936) es el papa número 266 de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, desde el 13 de marzo de 2013, eligiendo el nombre de Francisco I.

Luego de la mue...rte del Papa Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, fue considerado uno de los candidatos a tomar el lugar del Sumo Pontífice,2 cargo para el cual fue electo Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI).

Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos. Impedido por el estatuto de asumir un nuevo mandato, durante la 102.º asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo.

Biografía

Jorge Bergoglio nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio (empleado ferroviario) y Regina (ama de casa). Egresó de la escuela secundaria industrial E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen, con el título de técnico químico. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.

Sacerdocio

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969. A partir de entonces hizo una larga carrera dentro de la orden de la cual llegó a ser «provincial» desde 1973 hasta 1979, ya durante la Dictadura cívico-militar argentina. (Ver Actuación de Bergoglio durante la dictadura argentina).

Obispo y cardenal

Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Auca el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires.

Cuando la salud de su predecesor en la arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a flaquear, Bergoglio fue designado obispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Tomó el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.

Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II lo creó cardenal del título de san Roberto Belarmino. Además se constituyó en el primado de la Argentina, resultando así el superior jerárquico de la Iglesia católica de este país.

Forma parte de la CAL (Comisión para América Latina), la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

En virtud de su puesto episcopal, es además miembro de la Conferencia Episcopal Argentina ?de la cual fue presidente en dos ocasiones, hasta 2011? y del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano).

Tras dos periodos consecutivos como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el 8 de noviembre de 2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal.

Vaticano

Al morir Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el cardenal Bergoglio, de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido (es decir, el segundo lugar detrás del que fue elegido y convertido en Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger.2 Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al Sumo Pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación.

En marzo de 2013, el Cardenal Jorge Bergoglio serán uno de los dos cardenales argentinos que participarán del cónclave que elegirá al sucesor del Papa Benedicto XVI.

Fue elegido Papa el 13 de Marzo de 2013, tras 5 votaciones en el conclave después de la renuncia de Benedicto XVII. Bajo el nombre de "Francisco I".

En la Santa Sede es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; del Pontificio Consejo para la Familia y de la Pontificia Comisión para América Latina

Opinión sobre la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo

Una de las cuestiones en las que el cardenal se enfrentó al gobierno fue el proyecto de Ley de Matrimonio entre Personas del Mismo Sexo. El 9 de julio de 2010, días antes de su aprobación, se hizo pública una nota de Bergoglio6 calificando como una «guerra de Dios» dicho proyecto, que contemplaba que las personas homosexuales pudieran contraer matrimonio y adoptar niños.7 En la nota del cardenal primado, dirigida a las monjas carmelitas de Buenos Aires, calificaba el avance legislativo del proyecto como «una movida del Diablo» y en la que alentaba a acompañar «esta guerra de Dios» contra la posibilidad de que los homosexuales pudieran casarse. El expresidente Néstor Kirchner criticó las «presiones» de la Iglesia sobre este asunto.8

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó en duros términos a Bergoglio por la campaña contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, que se debatía en el Congreso, a la que comparó con los «tiempos medievales y de la Inquisición».9

Obras

1982: Meditaciones para religiosos

1986: Reflexiones sobre la vida apostólica

1992: Reflexiones de esperanza

1998: Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro

2003: Educar: exigencia y pasión

2004: Ponerse la patria al hombro

2005: La nación por construir

2006: Corrupción y pecado

2006: Sobre la acusación de sí mismo

2007: El verdadero poder es el servicio

2012: Mente abierta, corazón creyente
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ANTE LA RESURRECCION



VIVE, AMA Y SONRIE…
Vamos a iniciar la semana más importante para todos los católicos del mundo. El acontecimiento mas resaltante de esta semana es la Resurrección de Cristo. Toda la vida de Cristo  Jesús, estuvo encaminada y dirigida a la Gloria de la Resurrección o mejor dicho a la Victoria conseguida por Él al vencer la muerte y el mal, con su triunfante Resurrección. Por todo esto he querido que la portada del Programa para esta Semana Santa subraye y haga énfasis en la Resurrección de Cristo, para ello, queremos identificar la Resurrección con la Sonrisa. Resucitar es vivir en Alegría.
Cuando el cristiano sabe sonreír, admirarse y sorprenderse por las cosas cotidianas de cada día está viviendo la Resurrección de Cristo en la cotidianidad de lo humano. Quiero invitarte a todas las celebraciones de esta Semana Mayor, para que participes activamente de todas ellas, sin dejar de quitar tu mirada en la Resurrección de Jesús, que es la meta y el fin de todo lo que sucede durante esta semana.
El Domingo de Ramos y las palmas benditas nos invitan a vivir la emoción de la alegría de la Resurrección. El Jueves Santo con el lavatorio de los pies, el regalo de la Eucaristía en la Última Cena, el Sacerdocio y el Mandamiento del Amor son una invitación para vivir como verdaderos resucitados, en la vida de cada uno de nosotros. El Viernes Santo momento crucial en la vida de Jesús, nos recuerda que Jesús vence el dolor, el sufrimiento y las dificultades con la vida y la alegría de la Resurrección. El Sábado de Gloria y el Domingo de Resurrección se convierten en la cumbre máxima de esta semana, donde resuena en el corazón humano y en lo más profundo de nuestro ser: RESUCITÓ EL SEÑOR. Y con esta Resurrección de Cristo, el ser humano ha logrado la conquista, lo tiene todo y no necesita nada.
Vivir como resucitados hoy, significa vivir amando de forma concreta, a cada una de las personas que se acercan a nosotros todos los días. Creer en la Resurrección, significa lograr que mucha gente sonría, viva alegre y con lo necesario para ser feliz.
Yo te invito a que esta semana venzas con la sonrisa y la alegría, los sentimientos negativos que dañan tu corazón como el odio, el resentimiento, la envidia, la soberbia y no te creas juez de nadie ni discrimines a tu prójimo, no lo culpes ni lo hieras, aunque sean diferentes y piensen distinto, él o ella necesita de ti y tú de él o ella. Que en tu corazón pueda habitar el amor, la alegría, la sonrisa, la paz, la solidaridad, la ternura, el perdón, la humildad, el cariño y la hermandad. Te invito que durante esta semana te comprometas a lograr sacar sonrisas de las personas que se acerquen a ti.
 
Vive Feliz, Vive Amando, Vive Dando, eso es Resucitar.
Que Jesús Resucitado bendiga tu vida, tu corazón y tu familia.
Padre José Pastor
 
 

PAUTAS PARA BUSCAR LA UNIDAD


MILLONES UNIDOS

Quisiera expresar muchas cosas de las que mi corazón de venezolano siente en este momento. Pero son tantos los sentimientos encontrados que al igual que muchos venezolanos tenemos en este momento no es fácil expresarse con imparcialidad ante lo que hoy ven los ojos de Venezuela y del mundo.

Más de 16 países hasta este momento han decretado duelo nacional y otras tantas muestras internacionales por solidarizarse con nuestro país ante el triste hecho de la partida física del Presidente Chávez. Pero lo que más me admira es ver los millones de personas que en estos momentos han estado acompañando los restos mortales del presidente velado en capilla Ardiente en la academia Militar. Hablo de millones de personas. No de decenas ni de centenares, millones de personas inundan las calles de Caracas y de muchas ciudades de toda Venezuela. Esto es increíble pero cierto. Esto está sucediendo en el País.

Yo me pregunto ¿A qué se debe que una persona reúna tanta gente? ¿Reunir millones de personas en un sitio no es tan fácil? ¿Qué comportamiento social habrá motivado dicha movilización humana y solidaria? Yo soy sacerdote católico y orgullosamente me siento servidor de Dios y de mi comunidad. Muchas veces he logrado reunir muchas gente en mi iglesia y en momentos especiales he llegado a unas 900 personas. Pero he escuchado hablar del padre Chulalo que ha reunido más de 1500 personas en sus misas y yo he visto la cantidad de personas que lo siguen por twitter y face. También he visto como el padre Linero ha reunido a más de 6 mil personas en un estadio. También he leído noticias de artista que han reunido a más de 200 mil personas. Pero me sigue cuestionando que millones de personas que se sienten identificadas con el Presidente Chávez se allá reunido en Caracas para llorarlo y despedirlo físicamente. Al igual que en otra ciudades del país. Quiero decir, que admiro a las personas que son capaces de movilizar a millones de personas sin obligarlos a que lo sigan y sin preventas. Admiro lo que estoy viendo en estos días por la televisión nacional de millones de personas que despiden al presiente. Admiro al líder que ha sido capaz de mover tal cantidad de gente. Y al que sea capaz de lograr esto también será admirado por mí. Pero a los que, tal vez, por la envidia y por cerrazón del resentimiento, no son capaces de ver lo positivo, lo bueno y lo humano del presidente Chávez le invito a que se pregunte cómo es posible que mueva tanta gente. Yo creo que por algo es. ¿Será que si tiene algo de bueno o positivo este hombre venezolano y líder patriota? ¿Quiénes son los que no quieren ver? A las pruebas de esta millonaria muchedumbre me remito.

Tengo que confesar que soy un ignorante en casi todas las áreas del saber. No soy perito ni en sociología, ni en matemática, ni en estadística, ni en economía ni en política ni historia y a duras penas creo saber algo de teología y me esfuerzo cada día por vivir la espiritualidad de Cristo y su evangelio aunque no soy muy pietista ni fanático religioso, aunque creo en Cristo y en Dios con todo mi corazón. Pero me gustaría tener una repuesta que traspase las argumentaciones de las distintas ciencias e incluso de la filosofía y que me explicaran ¿qué está pasando en Caracas y en Venezuela con todos esos millones de personas que lloran a Chávez sin falsedad ni hipocresía sino con el corazón roto?

 

Quiero con esta líneas escritas de este papel virtual, solidarizarme con los que están triste y con los que se identifican de una u otra forma con los planteamientos humanizantes y sociales del presidente Chávez. Yo no soy político, y los que me conocen, lo pueden certificar. Ni soy militante de ningún partido político. Solo soy un seguidor de Cristo que admira a todas aquellas personas que son capaces de aportar un granito de arena para que este mundo pueda ser mejor con tus compromisos y participaciones concretas en la ayuda a las personas necesitadas y excluidas por los proyectos del progreso y del éxito social.

Me permito con este papel virtual expresar mis sentimientos en este momento y contribuir a la reflexión con estos breves puntos. Creo firmemente que lo que le movió al Presidente Chávez hacer una revolución o un cambio en el mundo, con aciertos y desacierto, fue el amor por el ser humano y por todos aquellos que en un mundo conducido por los intereses materiales y económicos son excluidos, marginados y rechazados, puesto que no son útiles a los intereses mundiales de la economía. En fin, creo que el amor es lo que debe mover las transformaciones sociales del mundo y en especial de Venezuela. No podemos perder de vista este planteamiento. Que todo lo hagamos por amor y con pasión a favor del prójimo y de mis hermanos más necesitados. El amor es el único capaz hoy de reconstruir las diferencias que existen entre nosotros. El amor es el que nos puede ayudar a cambiar esta sociedad con tantas carencias espirituales, humanas y materiales. El amor lo puede todo. Considero que no es el momento para caminar en derrotismo o resentimientos sino más bien que es el tiempo ideal para construir un país de hermanos que vivimos en el amor y en la aceptación de nuestras individualidades y diferencias. Es el momento para vivir la unidad como fruto del amor. Es el momento para lleva a feliz término todos los proyectos sociales y humanizantes propuestos por el presidente Chávez. Muchos de ellos, iniciaron con fuerza y buen ánimo, pero necesitan hoy ser consolidados y fortalecidos por las mismas comunidades. Venezuela tiene un buen legado social y económico. Aunque creo que aún se está gestando. Necesitamos que todos juntos luchemos para que ese legado rico que nos ha regalado Dios lo hagamos crecer y desarrollar. Un país no lo construye una sola persona. Un país lo construimos todos juntos. Todos podemos aportar algo que realmente sirva para crecer y desarrollarnos no para vencernos por el pesimismo y el “culpismo” (la culpa es de otro no mía).

Hoy es el momento para sentirnos más venezolanos que nunca  para creer que desde la unidad podemos lograr muchas cosas buenas para el país y para las personas que habitamos este hermoso país.

Los que creemos en Cristo es el momento de que cada uno seamos otro Cristo y hagamos lo que Cristo hizo en su tiempo. Una transformación radial de su tiempo y de su sociedad a través del amor a Dios y la misericordia que se manifestada en un compromiso personal por la mejora social de la vida de muchas personas que sufrían la enfermedad o el rechazo social. Hoy más que nunca sigue vigente el mensaje de Cristo y El sigue esperando por ti y por mí para que desde nuestro compromiso seamos constructores de un mundo mejor, más solidario y humano. Hoy todos estamos llamados a ser Cristos vivientes en los distintos ambientes que nos toca vivir día a día en las calles y en los hogares venezolanos. Dejemos de criticar, de hablar, de opinar y de “bla” “bla” y vamos todos unidos como buenos hermanos venezolanos a aportar juntos algo que construya país y no que nos divida. Dejemos nuestros intereses personales y aportemos a los intereses del bien común. Necesitamos creer en el amor, en la unidad y en el compromiso concreto de cada persona en este hermoso país. Y termino con esta breve oración del padre Linero: “Que nada me distraiga de mis metas. Que nada me aleje de tu amor. Que nada me lleve lejos de tu Casa. Que no haya enemigo que me convierta a su lógica. Que no llene mi corazón de odio, que no me contamine de envidia, que no me atragante de soberbia, que no me erija en juez de otros, que no discrimine, ni culpe, ni hiera. Que sea mi corazón una morada para tu amor, Señor, que mi vida entera te pertenezca y que desde allí hagas tu obra de salvación, obra maravillosa de amor en la que muestras que quieres que todos los hombres habitemos contigo en tu enorme morada en la que somos bienvenidos. has sembrado en mí tu amor, Señor, y qué esperas cosechar algún día; sé qué esperas que me convierta en multiplicador de tus bendiciones, sé que has puesto tu confianza en mí y por eso sigues llamándome a tu servicio a pesar de las múltiples fallas que he tenido. Yo quiero hoy descansar en tus promesas, hacer mía tu voluntad, entregarme total y plenamente a Ti, para que hagas conmigo lo que sea correcto. Sostenme, guíame, llévame de tu mano y conviérteme en un apóstol según tu corazón. Yo quiero consagrar mi vida a Ti, que Tú seas mi Dios, y yo, tu pertenencia; mi casa, tu morada; mis palabras, multiplicadoras de tu mensaje para todos. Te mereces todo, lo mejor de mi adoración, mi sentido de amor, mi sincera devoción, te mereces mucho más de lo que yo puedo entregarte. Amén.” (Julio2012).

Para terminar, no quise, con estas líneas ofender o herir a nadie. Solo quiero creer en el amor, en la unidad y en el buen corazón que tenemos todos los venezolanos. Disculpen sino logro este objetivo en algunos corazones y que Dios me los bendiga a todos, sin ninguna exclusión de nadie. Dios te ama y hace salir el sol para todos. Gracias por leer estas líneas. Un abrazo y gran aprecio. Recuerda que la vida es para vivirla amando y amamos cuando vivimos al máximo. Multiplica las bendiciones que tu recibes todos los días, la bendiciones que tiene Venezuela y tenemos todos los venezolanos y no fomentes lo que nos divide y nos destruye sutilmente. Vive, vive y no dejes de vivir amando y sembrando amor.
 
Saludos. Padre José Pastor.